El modelo de inversión Chino en África es el más inteligente y el más óptimo para el desarrollo del continente. La inversión que tiene China en África es muy sencilla de entender:
China necesita la materia prima africana y África necesita inversión extranjera para desarrollar el continente. Los países africanos reciben inversión y pueden construir infraestructuras dentro de los países, que van a venir muy bien para el desarrollo de esta sociedad y también el desarrollo de la industria, la agricultura, etc. China a cambio puede captar esta materia prima que necesitan.
Para 2009, China ya era el primer socio comercial africano, desbancando a EE.UU. Referente a materias primas, China se convirtió en el más grande importador de petróleo en el planeta, y parte del mismo lo importa de Sudán y de Angola. Alternativamente, además se abastece de uranio para su energía. Otros recursos de África provenientes de diversos territorios, además fueron fundamentales para conservar el buen manejo del sector secundario chino. En plena carrera tecnológica, China se nutre del cobalto y el coltán. En general, se considera que un tercio de la inversión china en África se destina al sector minero.
Dicha inversión no se centra solo en las materias primas, si no que también hay empresas chinas que estén estableciendo sedes en África y generando empleo, mientras China está exportando cada vez más productos manufacturados los cuales son consumidos por los africanos (desde comercio hasta bases militares). Se podría decir que es una forma de cooperar entre el continente africano y China. Como comentamos anteriormente no solo se invierte en materias primas, también en el sector servicios y también las manufacturas.
Lo cierto es que el gigante asiático está contribuyendo a la necesaria diversificación de las economías africanas, puesto que sus inversiones, además de la explotación mineral, alcanzan las industrias, la construcción y el sector servicios. Por un lado, los puertos, aeropuertos, carreteras, puentes, hospitales o colegios construidos por empresas chinas posibilitan aminorar el gran déficit de infraestructuras del continente africano, una rémora para su desarrollo e integración. Por otro lado, la incipiente deslocalización de manufacturas chinas está promoviendo tanto la incorporación de ciertos países africanos a las cadenas de valor globales como la creación de actividades intensivas en mano de obra que ayudan a absorber la demanda laboral en unas ciudades en aumento. Actualmente, el sector secundario apenas genera el 11% de los empleos al sur del Sáhara.
La presencia del gigante asiático esta ayudando también a la formación de la población africana en muchos oficios, métodos de producción y a manejar ciertas inversiones. De esta manera la población puede tener un mínimo poder adquisitivo y desarrollar la economía para que haya capacidad de consumo y que todo empiece a girar.
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